30th Annual San Antonio Breast Cancer Symposium (SABCS)

Por Administrador SESPM

Autor del resumen:Dr. Màximo Izquierdo Sanz
Autor de la publicación:
Nombre de la publicación:SABCS
Fecha de la publicación:13/12/2007

Se presentaron varios estudios sobre el tratamiento en estadios inicial del cáncer de mama HER2 negativo, destacando el rol de los Taxanos en la estrategia de la quimioterapia adyuvante y la viabilidad, la seguridad, y la eficacia de las estrategias específicas de la quimioterapia de pacientes adultos que han sido históricamente subrepresentados en los ensayos clínicos, también se trató las novedades del tratamiento hormonal y los resultados del manejo de la densidad ósea. 
Los Taxanos y las Antraciclinas son unos de los más activos en el cáncer de mama, pero también se asocian con una significativa toxicidad clínica, por lo que se intenta identificar que pacientes se benefician de regímenes específicos, determinando que pacientes se benefician y cuales no. 

Identificar que pacientes se benefician de regímenes que contienen taxanos han sido difícil, aunque un reciente meta análisis y un análisis combinado (1,2) han demostrado beneficios significativos con los taxanos. Los datos sobre el subtipo de taxano son inconsistentes, en el CALGB 9344, NSABP B28 y GEICAM 9906 se vieron beneficios con paclitaxel, y con docetaxel en el PACS 01 y BCIRG 001. (3,4.5, 6,7) Aunque no se demostró beneficios con el docetaxel en el ECOG 2197 y el NSABP B27. (8,9) 
Los investigadores siguen intentando saber cual es el mejor régimen de taxanos y saber que mujeres se benefician. Se dice que la dificultad subgrupos de pacientes que se beneficiarían de regímenes con taxanos viene dada por la gran variación de los regímenes utilizados en los estudios.
Los estudio de regímenes secuénciales no han aportado una mejoría en la supervivencia.
Las antraciclinas han sido la base de la quimioterapia adyuvante durante más de una década, pero preocupa su cardiotoxicidad y el riesgo de leucemia mieloide crónica, lo que ha motivado que los investigadores estudien la eficacia de regímenes que no tienen antraciclinas.
Los resultados del estudio US Oncology 9735 que se presentó en SABCS 2005 y que se ha publicado su actualización (12,13). Este estudio comparaba 4 ciclos de Adriamicina Ciclofosfamida (AC, 60/600mgr/m2) con 4 ciclos de docetaxel y ciclofosfamida (TC, 75/600mgr/m2). TC mostró un beneficio de la Supervivencia Libre de Enfermedad (86% vs 80%, p=0’015), pero no hubo beneficios en la Supervivencia Global (SG).
TC se asoció con un aumento de las cifras de mialgias, artralgias, edemas, y neutropenia febril, AC se asoció con más nauseas y vómitos y en un caso insuficiencia cardiaca congestiva.
Este estudio se actualizó en el SABCS 2007 después de 7 años de seguimiento (14), en donde hubo un beneficio de la SG (87% versus 82%, p =0’032); de forma que muchos clínicos consideran TC como una opción en pacientes en que esta indicada la quimioterapia, y preocupa la seguridad de las antraciclinas. Pero últimamente se han identificado nuevos regímenes más efectivos, como la dosis densa AC-T (15)

Aunque más del 50% de las mujeres en el momento del diagnóstico del cáncer de mama son mayores de 60 años, estas mujeres están subrepresentadas en los ensayos de quimioterapia. Esta cuestión se puso de relieve en una reciente revisión retrospectiva (17) de 4 grandes estudios ramdomizados demostró que las mujeres mayores tienen la misma proporción de recurrencias y mortalidad, beneficiándose de regímenes más intensos como las jóvenes. 

El Tamoxifeno sigue siendo un pilar en el tratamiento hormonal en las mujeres premenopáusicas y algunas postmenopaúsicas con cáncer de mama receptor hormonal positivo, aunque la duración óptima del tratamiento no ha sido claramente dilucidado. 

En SABCS 2007 se presentaron los resultados preliminares del Adjuvant Tamoxifen: Longer Against Shorter (ATLAS) trial (21). En este estudio multicéntrico, 11500 mujeres que completaron 5 años de Tamoxifeno fueron ramdomizadas en 5 años más de Tamoxifeno o parar el tratamiento. Aunque solo las mujeres con receptor de estrógeno positivo deberían haberse incluido en este estudio, solo se confirmó la positividad en el 59% de los casos. Además a mitad del estudio solo el 83% ramdomizadas a continuar el Tamoxifeno continuaban con el tratamiento. Aunque no hay resultados finales, hay una tendencia de beneficio para los 10 años de Tamoxifeno, esto implica que la duración convencional de 5 años de Tamoxifeno basada en el NSABP B14 (22) no puede ser la duración ideal. Sin embargo los resultados del ATLAS precisan de un mayor tiempo de seguimiento para abordar esta cuestión.

Se presentó un Update del ATAC, en un informe anterior, a 68 meses de seguimiento el Anastrozol se asoció a una mejor Supervivencia Libre de Enfermedad (SLE) estadísticamente significativa, tiempo de recurrencia e incidencia de un cáncer de mama contralateral comparado con el Tamoxifeno (24). El Anastrozol fue bien tolerado y demostró un perfil de toxicidad más favorable en comparación con el Tamoxifeno, sin embargo hasta hace poco era incierto el beneficio y seguridad del Anastrozol más allá de 5 años. En esta actualización hubo una diferencia absoluta de las recurrencias del 2’8% a los 5 años al 4’8% después de 9 años, haciendo del ATAC el primer estudio de Inhibidores de Aromatasa que demuestra unos efectos significativos a largo plazo después de finalizar el tratamiento. Aunque el ATAC es el estudio de Inhibidores de Aromatasa con un seguimiento más largo, no se ha visto todavía una mejor Supervivencia Global.

Una de las mayores preocupaciones es la disminución de la densidad ósea y el riesgo de fractura asociado a la administración de Inhibidores de Aromatasa. Sin embargo se desconoce si persiste el riesgo de fractura una vez finalizado el tratamiento. Los investigadores del ATAC informaron que si bien el riesgo de fractura fue significativamente mayor con Anastrozol en comparación con Tamoxifeno durante los 5 años de tratamiento, se redujo las tasas de fractura y parecían converger de los 5 a los 10 años (23). Mientras el riesgo de fractura aumenta mientras se realiza el tratamiento, no parece persistir mucho tiempo después de que el tratamiento se ha completado. 

La reducción del riesgo de fractura durante el tratamiento es un tema de estudio, una de las opciones es administrar bifosfonatos. En el estudio ABCSG-12 (Austrian Breast and Colorectal Cancer Study Group-12) (25), 1801 mujeres premenopáusicas con receptores hormonales positivos fueron tratadas con cirugía y goselerin mensual y fueron ramdomizadas a los 3 años de tratamiento en uno de las cuatro ramas de tratamiento: Tamoxifeno, Tamoxifeno y Ácido Zelodrómico (ZA), Anastrozol o Anastrozol y Ácido Zelodrómico. ZA se administró a 4 mgr intravenoso cada 6 meses.

Por termino medio se vio un 11’3% de disminución de la Densidad Mineral Ósea (BMD) a los 3 años en comparación con las mujeres que no recibieron ZA y fue más pronunciado en las pacientes que recibieron IA en comparación con el Tamoxifeno. La Densidad Mineral Ósea mejoró (-6’8%) pero todavía estaba disminuida con la línea de base a los 5 años. Por el contrario las mujeres tratadas con ZA no tuvieron ningún cambio en la BMD a los 3 años (p=0’85) y aumentó la BMD a los 5 años (p=0’02). Sin embargo entre los pacientes tratados con ZA hubo dos casos confirmados y uno posible de osteonecrosis de la mandíbula, es una rara pero conocida complicación de los bifosfonatos 

Se presentó un estudio actualizado del estudio Z-FAST después de 36 meses (26). En este estudio 602 pacientes postmenopaúsicas con cáncer de mama inicial fueron asignadas aleatoriamente a recibir conjuntamente o retrasado ZA. Las mujeres ramdomizadas en el grupo retrasado, recibieron ZA solo si había un descenso de BMD o una fractura sintomática o asintomática. A los 12, 24 y 36 meses, la Densidad Mineral Ósea aumenta significativamente en ambos grupos de tratamiento, no habiendo diferencias significativas de fracturas a los 36 meses entre ambos grupos, esto puede ser debido al pequeño tamaño de la muestra, retrasando el tratamiento hasta que aparecen síntomas en base al riesgo de osteonecrosis de la mandíbula.

En el 30 th SABCS hubo varias presentaciones sobre el papel del tratamiento hormonal en el cáncer de mama inicial. Muchos ponentes señalaron que la disminución de la mortalidad por cáncer de mama en países desarrollados como Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, este descenso puede atribuirse al uso generalizado de la mamografía de chequeo, el menor uso del Tratamiento Hormonal Sustitutivo y al tratamiento hormonal adyuvante. El Tamoxifeno en el tratamiento del cáncer de mama receptor de estrógeno (RE) positivo ha reducido de forma importante el riesgo de muerte por cáncer de mama, dada la prevalencia de cáncer de mama, el porcentaje de RE + y el amplio uso del Tamoxifeno en todo el mundo se puede decir que el Tamoxifeno ha salvado más vidas que cualquier otro tratamiento en oncología médica.

Una de las presentaciones más importantes en el SABCS 2007 fue el estudio ATLAS (Adjuvant Tamoxifen Longer Against Shorter), un estudio diseñado para comparar 5 versus 10 años de tratamiento con Tamoxifeno. Históricamente la recomendación de la duración del Tamoxifeno ha sido de 5 años. Estudios previos, como el NSABP B 14 y el Scottish Tamoxifen han examinado una mayor duración del tratamiento, en estos estudios las mujeres que habían recibido Tamoxifeno y estaban libres de recidiva fueron ramdomizadas en continuar Tamoxifeno o placebo. Ningún estudio sugería una mejoría en la Supervivencia Libre de Enfermedad con una duración mayor del Tamoxifeno. En base a estos resultados 5 años de Tamoxifeno se estableció como tratamiento estandar del Tamoxifeno. 
El estudio ATLAS fue diseñado para contestar la misma pregunta pero en una escala mucho mayor (1). Las mujeres que habían recibido 5 años de Tamoxifeno y estaban libres de recurrencia fueron asignadas a continuar con el Tamoxifeno o cesar su toma. Aproximadamente 11500 mujeres fueron ramdomizadas, de las cuales el 59% tenían tumores con RE positivo y el 41% de los tumores el RE era desconocido, el seguimiento fue de 5 años. 

La mayor duración del tratamiento con Tamoxifeno se asoció con una disminución del 12% del riesgo de recurrencia comparándolo con 5 años de tratamiento. (p=0’05). Para aquellos pacientes con seguimiento disponible, la mayor duración del tratamiento tendía a una disminución a los 10 y 14 años (p=0’12).

Para las mujeres postmenopaúsicas con RE positivos los Inhibidores de Aromatasa (IA) forman parte de su tratamiento adyuvante, aunque el momento y la duración siguen siendo motivo de debate., y un motivo de preocupación es el impacto del tratamiento con IA en la osteopenia/osteoporosis.

El IBIS II reportó de cambios en BMD (2)

El IBIS investigadores informaron sobre la incidencia de la gripe aviar asociada a la densidad mineral ósea (DMO), los cambios en las mujeres en un estudio de prevención. [2] En este ensayo, las mujeres posmenopáusicas fueron asignados aleatoriamente a recibir placebo o anastrozol para la prevención del cáncer de mama. En un subgrupo de pacientes, el cuidado de la DMO se obtuvo con las estimaciones de serie de doble energía de rayos X absorciometría escanea. Como se ha visto en todos los ensayos anteriores de AI terapia, la prevención de las mujeres en este estudio tenían una sustancial pérdida de la densidad ósea. Promedio DMO pérdidas fueron del 2,5% en la columna lumbar y un 1,3% en la cadera en los pacientes con una DMO normal en la línea de base. Un grupo de mujeres con osteopenia al inicio del estudio fueron asignados al azar a ninguna intervención versus el tratamiento con bisfosfonatos orales, risedronato. Risedronato terapia mitigado algunos, pero no todos de la pérdida de hueso en esta cohorte. Lo mismo ocurre en una cohorte de mujeres con osteoporosis en la línea de base. 

The IBIS investigators reported on the incidence of AI-associated bone mineral density (BMD) changes in women in a prevention study.[2] In this trial, postmenopausal women were randomized to receive either placebo or anastrozole for the prevention of breast cancer. In a subset of patients, careful BMD estimates were obtained with serial dual-energy x-ray absorptiometry scans. As seen in all previous trials involving AI therapy, women in this prevention study had a substantial loss of bone density. Average BMD losses were 2.5% at the lumbar spine and 1.3% at the hip among patients with normal BMD at baseline. A group of women with osteopenia at baseline were randomized to no intervention vs treatment with the oral bisphosphonate, risedronate. Risedronate therapy mitigated some but not all of the bone loss in this cohort. The same was true in a cohort of women with osteoporosis at baseline.
The Z-FAST trial was designed to compare early initiation of bisphosphonate therapy with later initiation of bisphosphonate therapy in women receiving an AI.[3] In this trial, women receiving an AI were randomly assigned to begin zoledronic acid (ZA, 4mg intravenously every 6 months) at the beginning of the trial or when osteopenia developed (T score < -2). Similar to the recently published data from this study, the up-front use of ZA led to a 4% increase in BMD at 36 months. In the delayed-use arm, women had a 3% decrease in BMD after 36 months of AI therapy. However, there was no difference in the fracture rate (5.7% upfront vs 6.3% with delayed initiation of ZA treatment). No cases of osteonecrosis of the jaw were observed in patients in either treatment arm.
Denosumab, a RANK ligand inhibitor, represents a novel approach to minimizing osteoclastic activity. It is being developed as a treatment for osteoporosis. Investigators reported on the use of denosumab for minimizing AI-associated BMD loss in a midsized randomized trial.[4] In this trial, women receiving AI therapy for stage I-III breast cancer who had osteopenia (T score -1 to -2.5) were assigned to treatment with either placebo or denosumab. Denosumab was administered every 6 months as a 6-mg subcutaneous injection. Women receiving denosumab had a 5.5% increase in BMD at 1 year compared with women taking placebo. No data on fracture incidence were presented. The agent was generally well tolerated .
At this point, several basic observations can be made about bone density and AI therapy. First, AI treatment is obviously associated with loss of BMD, which accelerates the risk of osteoporotic fracture. In addition, interventions that work to treat osteoporosis/osteopenia in the general population appear to be effective in women receiving AI treatment. Finally, there is no obvious need to intervene sooner rather than later among women with AI-associated loss of bone density. Later intervention when osteopenia/osteoporosis develops is associated with comparable treatment benefits and fracture risk. Thus, standard WHO guidelines can be used to determine when and in whom treatment for AI therapy-related osteopenia is required.
Para las mujeres postmenopáusicas con RE positivos de cáncer de mama, IAs están bien establecidos como parte de la terapia adyuvante, aunque el momento preciso y la duración de estos tratamientos siguen siendo motivo de debate. Una persistente preocupación ha sido el impacto de la terapia sobre la IA y síntomas musculoesqueléticos en la osteopenia / osteoporosis. Varios resúmenes presentados en la conferencia de este año debatió la gestión de la salud de los huesos en esta población de pacientes. 

El IBIS investigadores informaron sobre la incidencia de la gripe aviar asociada a la densidad mineral ósea (DMO), los cambios en las mujeres en un estudio de prevención. [2] En este ensayo, las mujeres posmenopáusicas fueron asignados aleatoriamente a recibir placebo o anastrozol para la prevención del cáncer de mama. En un subgrupo de pacientes, el cuidado de la DMO se obtuvo con las estimaciones de serie de doble energía de rayos X absorciometría escanea. Como se ha visto en todos los ensayos anteriores de AI terapia, la prevención de las mujeres en este estudio tenían una sustancial pérdida de la densidad ósea. Promedio DMO pérdidas fueron del 2,5% en la columna lumbar y un 1,3% en la cadera en los pacientes con una DMO normal en la línea de base. Un grupo de mujeres con osteopenia al inicio del estudio fueron asignados al azar a ninguna intervención versus el tratamiento con bisfosfonatos orales, risedronato. Risedronato terapia mitigado algunos, pero no todos de la pérdida de hueso en esta cohorte. Lo mismo ocurre en una cohorte de mujeres con osteoporosis en la línea de base. 

El Z-FAST ensayo fue diseñado para comparar la iniciación temprana de la terapia con bisfosfonatos más tarde bifosfonato inicio de la terapia en mujeres que reciben un IA. [3] En este ensayo, las mujeres que recibieron un IA se asignaron al azar para comenzar ácido zoledrónico (ZA, 4 mg por vía intravenosa cada 6 meses) en el comienzo del juicio o cuando se desarrolló osteopenia (T score <-2). Similar a la recientemente publicado los datos de este estudio, la utilización por adelantado de la ZA dado lugar a un aumento del 4% en la DMO a los 36 meses. En la demora en el uso de brazo, la mujer tiene un 3% de disminución de la DMO después de 36 meses de terapia AI. Sin embargo, no hubo diferencia en la tasa de fracturas (5,7% vs 6,3% por adelantado con el retraso en el inicio de tratamiento ZA). Ningún caso de la osteonecrosis de la mandíbula se observaron en pacientes en el brazo de uno de los tratamientos. 

Denosumab, un inhibidor RANGO ligando, representa un nuevo enfoque a reducir al mínimo la actividad osteoclástica. Está siendo desarrollado como tratamiento para la osteoporosis. Los investigadores informaron sobre el uso de denosumab AI-para reducir al mínimo la pérdida de la DMO asociados medianos en un ensayo aleatorio. [4] En este ensayo, las mujeres que reciben terapia de AI para la fase I-III de cáncer de mama que habían osteopenia (T puntuación de -1 a -2,5) Fueron asignados a tratamiento con placebo o denosumab. Denosumab se administró cada 6 meses como de 6 mg de inyección subcutánea. Las mujeres que reciben denosumab tuvo un incremento del 5,5% en la DMO de 1 año en comparación con las mujeres que tomaron placebo. No hay datos sobre la incidencia de fracturas se presentaron. El agente fue generalmente bien tolerado. 

En este punto, varias observaciones básicas se pueden hacer acerca de la densidad ósea y la terapia AI. En primer lugar, AI tratamiento es, evidentemente relacionada con la pérdida de la DMO, lo que hace que el riesgo de fractura osteoporótica. Además, las intervenciones que en el tratamiento de la osteoporosis / osteopenia en la población general parece ser eficaz en mujeres que reciben tratamiento de IA. Por último, no existe una evidente necesidad de intervenir lo antes posible en las mujeres con AI-la correspondiente pérdida de la densidad ósea. Más tarde, cuando la intervención osteopenia / osteoporosis se desarrolla está asociada a un trato comparable a los beneficios y el riesgo de fractura. De este modo, las directrices de la OMS estándar se puede utilizar para determinar el momento y en los cuales la terapia de tratamiento para AI relacionados con la osteopenia es obligatorio.

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30th Annual San Antonio Breast Cancer Symposium (SABCS)

Diciembre 13 – 16, 2007, San Antonio, Texas

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Medscape

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Bibliografía

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