También se demanda el acceso a nuevos fármacos, que está tardando 450 días frente a los 180 años que marca una ley europea. “Mucha gente está muriendo por el camino por no poder acceder a esos medicamentos”, asegura el fundador de Invi, quien sostiene que no todos los tratamientos son tan eficaces como en la mujer y que los efectos secundarios son muy distintos.