El cáncer de mama supera al de pulmón y se convierte en el más común del mundo

Por Administrador SESPM

El cáncer de mama supera al de pulmón y se convierte en el más común del mundo

Fuente: www.blogs.elcomercio.es

un informe reciente de la OMS, se acaba de convertir en el cáncer más común del mundo.

el envejecimiento de la población, el retraso de la maternidad, la menor lactancia materna, el no tener descendencia, tomar la píldora anticonceptiva, tener la primera menstruación a una edad temprana, y una menopausia más tardía. También la “obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y las dietas inadecuadas” han jugado un papel relevante.

Como la mayoría de estos factores de riesgo se han dado históricamente en países desarrollados, la incidencia en ellos también ha sido mayor. Sin embargo, el reciente informe de la OMS apunta a que la incidencia “está creciendo rápidamente en Sudamérica, África y Asia, así como en Japón y Corea del Sur”, regiones donde tradicionalmente ha sido baja. Cambios sociales como la incorporación de estas mujeres al mundo laboral, que les obliga a retrasar el embarazo, o en el estilo de vida, como una reducción de la actividad física, hacen, según los autores, que las mujeres de estos países tengan un perfil cada vez más parecido al de las occidentales, por lo que las cifras de morbilidad por cáncer de mama también se tienden a igualar.
La buena noticia es que las cifras de mortalidad son cada vez más bajas: en nuestro país, la tasa de supervivencia global es el 85,5% a los cinco años del diagnóstico de este tumor

las cifras de mortalidad son cada vez más bajas: en nuestro país, la tasa de supervivencia global es el 85,5% a los cinco años del diagnóstico de este tumor, según la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer). Estos datos tan positivos se deben en buena medida al inmenso esfuerzo que pone la comunidad científica en comprender y width= tratar mejor la enfermedad: según datos de la AECC, el de mama es, con diferencia, el tipo de cáncer que más ensayos clínicos genera.

La gran revolución en el tratamiento de estos tumores llegó hace tan solo unos años, con la aprobación de los inhibidores de ciclo celular —los populares palbociclib, ribociclib, y abemaciclib—, que forman parte de lo que se conocen como “terapias dirigidas”. En el caso de estos inhibidores, evitan la proliferación de las células y reducen así la progresión de la enfermedad, lo que “ha permitido un control duradero de la enfermedad en estadios avanzados, así como una mayor supervivencia de las pacientes, y un retraso además en el uso de quimioterapia, con el consiguiente beneficio en la calidad de vida”, indica Rodríguez-Lescure. Actualmente andan probándose también “en estadios iniciales”de la enfermedad, apunta Saura, para observar hasta qué punto son ahí también efectivos para prevenir recaídas de la enfermedad.

La gran revolución en el tratamiento de estos tumores llegó hace tan solo unos años, con la aprobación de los inhibidores de ciclo celular, que forman parte de lo que se conocen como “terapias dirigidas”

Aunque este tipo de fármacos ya llevan unos años aprobados para casos de tumores HER2-positivos, como el T-DM1, “se ha encontrado otro, el trastuzumab-deruxtecan, que utiliza esta tecnología, pero es mucho más activo”, asegura Saura. De hecho, este nuevo tratamiento ha sido recientemente aprobado por la Agencia Europea del Medicamento, “y estamos pendientes de que llegue pronto a España”. Junto a este hay otro fármaco muy prometedor, el tucatinib, un inhibidor de HER2 que ha demostrado “un beneficio en control de enfermedad y en supervivencia de las pacientes con enfermedad cerebral”, y por el que los médicos están “muy ilusionados”, concluye Saura.

Lo más novedoso en esta área es curiosamente la inmunoterapia, que aunque en el cáncer de mama en general no parece ser tan efectiva como en otros tumores, parece estar arrojando buenos resultados tanto en pacientes metastásicas como en aquellas con enfermedad precoz.

Alternativas a la mamografía

De momento, la principal forma de detección precoz del cáncer hasta la fecha sigue siendo la mamografía que, según Rodríguez-Lescure, “ha demostrado reducir la mortalidad hasta un 40% en mujeres de 50 a 69 años”. Sin embargo, en los últimos años la eficacia de esta prueba de diagnóstico se ha puesto en entredicho, y todos los expertos coinciden al afirmar que la reducción de mortalidad que produce es, en cualquier caso, insuficiente.

buscar una prueba eficaz de screening, no solo para la población en general, sino sobre todo y muy especialmente para pacientes que ya han pasado la enfermedad: “Llevamos haciendo lo mismo que hacíamos hace 20 años, que es que la paciente, tras la cirugía, se hace una mamografía cada tres o seis meses, y si aparece dicha recaída la tratamos”, señala Miguel Ángel Quintela, jefe de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Mama del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). “Sin embargo, para cuando los médicos la detectamos, ya estamos actuando tarde: el tumor ya ha crecido mucho y se ha diseminado”, lamenta el experto.

la biopsia líquida, un análisis de sangre que busca detectar genes mutantes del cáncer antes de que este sea visible por otros medios. “Ya hay datos que demuestran que las pacientes en las que se empieza a detectar ese ADN mutado están a punto de recaer”, apunta Quintela.

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