El cribado de cáncer de mama detecta 10.300 tumores en 25 años

Por Administrador SESPM

El cribado de cáncer de mama detecta 10.300 tumores en 25 años

Fuente: www.noticiasdegipuzkoa.eus

DONOSTIA – Hace ya 25 años que echó a andar el Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama de Osakidetza. En este cuarto de siglo se han efectuado más de dos millones de mamografías, que han permitido detectar 10.300 tumores, la mayor parte en estadios precoces.

Y es precisamente esa la principal virtud y el objetivo final de este programa de cribado, detectar los tumores en su estadio más inicial. Según destacó ayer la consejera de Salud del Gobierno Vasco, Gotzone Sagardui, este programa ha contribuido a disminuir de forma notable la mortalidad en las mujeres por este tipo de cáncer, ayudando también a “mejorar su calidad de vida”.

Según la última encuesta de participación, fechada en 2018, la gran mayoría de las mujeres consultadas consideran que este es un programa de vital importancia y necesario para detectar el cáncer en sus primeras fases.

En esta misma encuesta la inmensa mayoría de las mujeres señalaron su intención de acudir a las siguientes convocatorias para realizarse la prueba, a la que son llamadas con un periodicidad de dos años.

Nueve de cada diez mujeres que fueron sondeadas en la encuesta manifestaron estar “muy o bastantes satisfechas” con el programa a distintos niveles, valorando en igual grado la organización, la información recibida y el trato y la profesionalidad del personal que les atendió.

Ejemplo de la importancia que las mujeres vascas otorgan a estas pruebas es que vienen respondiendo a la convocatoria de forma masiva.

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Lo subrayaba ayer Gotzone Sagardui. “La respuesta de las mujeres ha sido excelente, ejemplar. En estos 25 años se ha registrado una participación acumulada del 80% entre las mujeres llamadas a hacerse la prueba”. Esta amplia respuesta sitúa la participación de las mujeres vascas en el citado programa “por encima de los estándares europeos”.

UN POCO DE HISTORIA El Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama inició su andadura el 29 de noviembre de 1995 en el área sanitaria de Araba y se extendió al resto de las comarcas sanitarias de Euskadi en 1997.

En sus inicios, este era un programa dirigido a mujeres de entre 50 y 64 años, aunque en 2006 se amplio el espectro y se pasó a convocar a mujeres de hasta 69 años.

También se ha dado un cambio en los límites de edad mínima, ya que en 2011 se incluyó en el cribado a mujeres de entre 40 y 49 años con antecedentes de cáncer de mama en primer grado, es decir, madre, hermana, hija, padre, hermano o hijo.

El único motivo de exclusión que se contempla en el programa es que la mujer convocada esté diagnosticada de cáncer de mama, ya que en este caso sigue su propia línea de tratamiento y vigilancia.

La efectividad del programa queda patente si se considera el alto grado de cánceres detectados en sus fases más iniciales y el efecto que ello ha tenido en el aumento de la realización de tratamientos quirúrgicos conservadores no mutilantes.

EL CRIBADO El programa consiste en la realización de mamografías en ambas mamas y suma ya 2.193.076 mamografías efectuadas con el resultado antes referido, la detección de 10.300 tumores de los que una parte importante se hallaban todavía en un estadio precoz.

Las mujeres participantes son citadas mediante una carta en la que se les indica el lugar, el día y la hora en la que se les realizará la prueba, una convocatoria que se efectúa con una periodicidad de dos años.

Cuando la mujer llega al lugar de la cita, en primer lugar se lleva a cabo una recogida de datos para efectuar la historia clínica, paso previo a la realización de las mamografías.

Una vez efectuada las mamografías, las mujeres reciben los resultados de las pruebas por carta, que llega a sus hogares en el plazo de seis o siete días, incluyéndose en la misma un recordatorio sobre la siguiente fecha aproximada de realización de la prueba.

Pero antes de que este informe sea remitido, el radiólogo o radióloga evalúa las pruebas para, si lo considera necesario, volver a convocar a la paciente con el objeto de realizar otras pruebas complementarias, como las ecografías o nuevas mamografías.

En la mayor parte de las pruebas que se llevan a cabo, las lesiones que se detectan son de muy pequeño tamaño, tanto es así que no se pueden localizar mediante la palpación. De ahí que la realización de las mamografías sea tan importante, dado que permite dar con alteraciones que solo se pueden hallar haciendo uso de esta técnica diagnóstica.

En la actualidad, el Programa de Detección Precoz de Cáncer de Mama de Osakidetza cuenta con una unidad de gestión, once unidades de cribado, siete unidades de valoración y seis hospitales de referencia. En estos, los Comités de Mama llevan a cabo sesiones clínicas semanales en las que se fijan las pautas diagnóstico–terapéuticas y el seguimiento de las lesiones sospechosas.

Para todas los y las profesionales que integran los distintos equipos que toman parte en el programa de cribado tuvo ayer palabras de agradecimiento Gotzone Sagardui quien, además de destacar su afán por prestar a las mujeres una atención integral, quiso subrayar el esfuerzo añadido llevado a cabo durante la pandemia para que los efectos de la misma se dejen notar lo menos posible en el desarrollo del programa.

Sagardui, por último, incidió en el compromiso del Gobierno Vasco y Osakidetza por seguir trabajando “todos los años que haga falta en pro de la salud de todas las mujeres, sobre todo de las que sufren esta enfermedad”.

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