Entrevista al Dr. Ortega. Dirige la Unidad de Salud Medioambiental del Servicio de Pediatría en el Hospital Universitario Virgen de la Arraixaca

Por Administrador SESPM

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“El cáncer se puede empezar a prevenir antes de nacer”

Dirige la Unidad de Salud Medioambiental del Servicio de Pediatría en el Hospital Universitario Virgen de la Arraixaca

El doctor Juan Antonio Ortega García, director de la Unidad de Salud Medioambiental del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, Doctor en Medio Ambiente y Cáncer Pediátrico por la Universidad de Valencia (2008), impartió la conferencia de clausura del Congreso de la SETS dentro del 3er Congreso de la Mama.

-¿Qué es la medicina medioambiental?
-La Salud Medioambiental Pediátrica constituye uno de los retos sanitarios más importantes del siglo XXI. La creciente conciencia social de la relación entre la salud y el medio ambiente será el principal motor de cambio hacia la innovación e integración de una perspectiva ecológica en el seno de la salud y la asistencia sanitaria en general, y en el cáncer de mama en particular, en los próximos años.
El 90% de los cánceres de mama se relacionan con factores medioambientales. Proteger la salud y proteger el medioambiente es un concepto indisoluble e inseparable. Igual que la sociedad científica de la Asociación Española de Pediatría ha puesto en marcha un comité de Salud Medioambiental, estoy convencido que los grupos de trabajo de cáncer de mama acabarán incorporando esta línea estratégica al día a día. En nuestra unidad además trabajamos con enfermeros ambientales, que desarrollan competencias propias para la acción. Todo está por hacer, pero todo es posible.

¿Usted utiliza una fórmula científica conocida como 4(Aes ) que significa?
Las 4(Aes ) es un cálculo sobre los combustibles básicos para la salud y la prevención de enfermedades crónicas como el cáncer. Voy a tener el gusto de compartir en la conferencia aspectos prácticos de cada uno de los elementos que la componen.
Los 4 combustibles básicos para la prevención del cáncer de mama, que yo defino como las 4Aes por la inicial por la que empiezan: Aire, Alimentos, Agua y el Amor en contacto con la madre naturaleza en todas sus formas. Disertaré sobre ellos en la conferencia. Últimamente estoy trabajando en añadir un nuevo elemento conocido como L pero todavía no lo tengo claro, porque me provoca algunas distorsiones en el modelo científico. Ya veremos. Sin lugar a dudas, mi hijo lo resume bien: ‘Papá somos como esponjas’. Es cierto Pedro le digo: somos lo que comemos, lo que bebemos, lo que respiramos y lo que amamos. Y en una constante interacción se establece el fluir transgeracional de salud o enfermedad en las actuales y futuras generaciones.

-¿Cómo se puede empezar a prevenir el cáncer desde niños?
-Incluso desde antes de nacer. Sabemos de la especial sensibilidad y susceptibilidad del tejido mamario a la acción de los carcinógenos durante las etapas de desarrollo fetal e infanto-juvenil. La exposición a sustancias hormonalmente activas (similar a los estrógenos) durante el embarazo incrementa el riesgo de cáncer de mama en la descendencia. Esto se sabe a partir de las hijas de madres tratadas con un fármaco con afinidad por los receptores estrogénicos (dietilestilbestrol) que se utilizó durante décadas.
Desde la década de los 40, ha crecido el ritmo de contaminación química por estos alteradores endocrinos y estilos de vida globalizadores (alcohol, tabaco, sedentarismo, dietas hiperproteicas ricas en productos animales…) que incrementan la presencia de sustancias hormonalmente activas de forma exponencial. Muchas se bioacumulan en los tejidos grasos y su concentración aumenta en la cadena trófica de alimentos. De esta forma, los alimentos de origen animal en general tienen las concentraciones mucho más elevadas. Otras no se acumulan pero su exposición es diaria y persistente.
La principal fuente de exposición a muchas de estas sustancias es a través de la dieta y los productos de consumo (higiene, limpieza, cosmética, plásticos…).
Algunas de las sustancias químicas de nuestro medio ambiente que tienen propiedades de disruptores estrogénicos: alcohol y tabaco, algunos pesticidas (uso agrícola o para plagas), policlorobifenilos (aceites industriales), dioxinas (centrales térmicas, incineradoras de residuos peligrosos…), bisfenol-A (utilizado en plásticos y resinas), parabenos (productos de higiene o cosmética), alquilfenoles (plásticos, pinturas, detergentes…).

-¿Qué papel juega la lactancia materna? ¿Y tener hijos?
-Dar el pecho disminuye el riesgo de cáncer de mama. Cuanto más dura la lactancia el efecto es mayor. Al mismo tiempo disminuye el riesgo global de cáncer infantil en el hijo o hija amamantado.
Tener más hijos, y especialmente cuando el primer nacimiento ocurre a edades más tempranas disminuye el riesgo de cáncer de mama. El efecto es acumulativo con los siguientes nacimientos. Por cada nacimiento disminuye el riesgo de cáncer de mama un 7%, y además otro 4,5% por cada 12 meses de lactancia. Los mayores efectos se observan cuando la lactancia dura más de 1 año. En Murcia un 22% de las madres dan el pecho más de 1 año. Imagino que en el resto de comunidades será algo similar. Trabajar por incrementar estas cifras, es clave para la felicidad y salud de las generaciones.

-¿Qué pautas de seguirse por parte de las familias y qué papel juegan las familias en esas medidas preventivas de los hábitos de los niños?
-Pequeños cambios a nivel individual y de las familias pueden producir cambios en las tasas de la enfermedad a nivel poblacional’.
El adoptar estilos de vida saludables antes de nacer es clave, es fundamental para disminuir la exposición y carga a sustancias químicas estrogénicas.
Se me ocurre y a modo resumen:
-Planifica el embarazo, evita el consumo de alcohol y tabaco.
-Consume una dieta ‘más vegetariana’ a ser posible de origen ecológico u orgánico de alimentos naturales frescos
-Reduce el consumo de grasa y carne roja
-Comienza a tomar ácido fólico y polivitamínicos desde el mismo momento que comiencen a buscar el embarazo
-Prolonga la lactancia materna
-No utilices pesticidas para tratar las plagas en el hogar y jardín
-Adopta estilos de vida físicamente activos (camina, evita el ascensor…)
-En la cocina: Usa siempre recipientes de vidrio o porcelana para almacenar o calentar la comida (leche materna, guisos, queso…). Utilizar sartenes sin teflón. -Diseñar el uso de plásticos en el hogar.
-Intente disminuir el uso de productos de limpieza en el hogar y de cosméticos incluidos los tintes. Muchos de ellos son innecesarios
-Aumente las medidas de protección laboral durante el embarazo (a pesticidas, derivados del petróleo…)
-Además de todo lo anterior en las niñas preadolescentes pienso que ayudaría:
-Intente evitar las radiografías y pruebas de imagen innecesarias. Exija los protectores de mama para sus hijas cuando vaya hacer una Rx.
-Aumentar la actividad física diaria en las escuelas y evitar el sedentarismo ayuda a retrasar la primera menstruación.

-¿En qué medida la alimentación condiciona la aparición del cáncer? ¿Y para las pacientes?
– Una dieta modelo más ‘vegetariana’ es importante para la prevención del cáncer y para todos los supervivientes de cáncer en general, y para las supervivientes de cáncer de mama en particular. En las pacientes con una adherencia a una dieta mediterránea típica caracterizada por alta ingesta de frutas, legumbres, hortalizas y cereales integrales se ha observado en los estudios científicos un mejor pronóstico global y supervivencia a largo plazo. Comer menos carne roja, evitar las cocciones a altas temperaturas evitando las fritangas, y una dieta ‘más vegetariana’ podrían ser sabios consejos.

-¿Es recomendable el consumo de productos orgánicos o ecológicos en la alimentación de los pacientes con cáncer de mama?

En mi opinión, sí. Hasta la actualidad no existen estudios epidemiológicos sobre los efectos de la dieta basada en productos ecológicos en relación al riesgo de cáncer, recurrencias o progresión tumoral. Sin embargo, los alimentos orgánicos son más saludables debido a que disminuye la exposición a sustancias químicas indeseables (pesticidas, hormonas…). La trazabilidad de tóxicos químicos encontrada en estos productos suele ser de centenas a miles de veces menor que en los alimentos producidos de forma industrializada. En general, los alimentos ecológicos tienen mejor sabor, olor y toleran mejor la conservación. Y ayudan al medio ambiente. Parece muy sensato recomendar el consumo de productos agrícolas y ganaderos producidos libre de pesticidas y sustancias indeseables muchas de ellas disruptores estrogénicos.

-¿Mejora la supervivencia o disminuyen las recurrencias el comer menos grasas o ciertos tipos de grasas?
-Estudios en supervivientes de cáncer de mama, sugieren que dietas bajas en grasas de origen animal reducen el riesgo de recurrencia. Las dietas altas en grasas son altas en calorías y contribuye a la obesidad, lo que se asocia con el incremento de la incidencia del cáncer y con el incremento de las recurrencias y disminuye la supervivencia. Hay evidencia del incremento del riesgo con la ingesta de las grasas saturadas, y una pequeña evidencia de la reducción del riesgo con otros tipos de grasas ‘beneficiosas’ (ác. Grasos omega-3, ác. Grasos monoinsaturados y otros poliinsatura dos). Parece sensato disminuir el consumo de grasas de origen animal y que la principal fuente de grasas en las pacientes sean las grasas ‘beneficiosas’, frecuentes en el aceite de oliva virgen extra, pescado y frutos secos.

-¿Qué papel juega la divulgación por parte de los médicos A la hora de mejorar nuestra salud y nuestros hábitos alimenticios y por consiguiente a reducir las opciones que podemos tener cáncer?
La conocida como ‘Guerra contra el cáncer de mama’ en el terreno de la prevención se desarrolla de una forma injusta y desigual en los distintos frentes.
Explica las tendencias actuales. Por un lado, gracias a las mejoras del tratamiento y a un diagnóstico cada vez más precoz el número de mujeres que sobrevive a la enfermedad es mayor que nunca. Esto es fantástico y aumenta la supervivencia. Pero se transmite el mito a las mujeres de que es una enfermedad inevitable y además que la única respuesta posible es la detección precoz y el tratamiento. Esto es falso y contribuye al aumento de casos (incidencia).
Aunque todavía desconocemos muchas cosas, es mucho lo que ya se sabe sobre los riesgos para que aparezca un cáncer de mama y cómo podemos ayudar para disminuir los nuevos casos y a mejorar la calidad (y cantidad) ambiental y de vida de las y los pacientes con cáncer de mama. Es necesario aumentar las competencias de médicos y enfermeros en la etiología y factores de riesgo en el cáncer de mama. Y que comiencen a inventariarlos en sus historias, con la intención de reducirlos o eliminarlos en la medida de lo posible. Estimulando factores de protección contra el cáncer. Esto es un mensaje de esperanza, porque es mucho lo que podemos hacer por mejorar los resultados antes, durante y después del diagnóstico. La guerra contra el cáncer se gana en todas las trincheras, y los pacientes y familiares tienen tareas por hacer, y los profesionales por aprender y trasladar su práctica clínica.
Cuando la prevención se incorpore al mismo nivel que el esfuerzo en el diagnóstico y tratamiento la victoria sobre el cáncer de mama comenzará a ser completa y definitiva.

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