Los avances en la investigación de prevención del cáncer de mama han dado como resultado nuevas e innovadoras oportunidades para modificar y reducir potencialmente el riesgo, la incidencia y la mortalidad por cáncer de mama, de ahí que Investigadores del Centro Oncológico de la Clínica Mayo (EE.UU) abogen por un nuevo enfoque para la prevención de esta patología oncológica.

Las estrategias de reducción de riesgos basadas en la evidencia incluyen, según han recordado dichos investigadores, la modificación del estilo de vida, medicamentos preventivos contra los estrógenos, la vigilancia por imágenes de los senos y las pruebas genéticas. Asimismo, a juicio de estos expertos, es recomendable que los profesionales que atienden este tipo de patologías tengan en cuenta los beneficios de evaluar el riesgo individual de cáncer de mama y aconsejen e implementen estrategias de reducción de riesgos con sus pacientes, tal como apunta Sandhya Pruthi, internista de la Clínica Mayo y autora del trabajo publicado en ´Journal of Clinical Oncology Practice´.

Según esta experta, “este tipo de estrategias pueden ser beneficiosas para reducir los tumores de cáncer de mama sensibles a las hormonas y que tienen un buen pronóstico, y también para prevenir los tumores que no son sensibles a las hormonas y tienen un pronóstico precario“.

“Durante muchos años, la investigación sobre la prevención del cáncer de mama se ha centrado principalmente en el uso de medicamentos antiestrógenos para reducir la incidencia de cánceres de mama favorables y sensibles a las hormonas, pero es fundamental que reexaminemos e implementemos otras estrategias de reducción de riesgos para prevenir los cánceres de mama desfavorables.mconocidos como tumores triple negativos “, añadió la Dra. Pruthi.

De esta forma, alienta a las mujeres y sus responsables de atención médica a considerar un enfoque integral para la prevención del cáncer de mama que incluya la evaluación de riesgos; conocimiento de los factores modificables del estilo de vida, incluidas las intervenciones dietéticas bajas en grasas; y el uso de medicamentos que reducen el riesgo de morir por cáncer de mama.