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Perspectivas para mejorar el abordaje del cáncer de mama
Fuente: www.malagahoy.es
En Andalucía se diagnostican 6.000 casos de cáncer de mama al año. El abordaje multidisciplinar, el desarrollo de la innovación terapéutica, el valor de la prevención y la importancia de la colaboración público-privada para fortalecer la investigación clínica son algunas de las claves que se pusieron sobre la mesa en el coloquio ‘Retos e Innovación en cáncer de mama’, organizado por Grupo Joly con la colaboración de Novartis el pasado miércoles.
Durante el encuentro, Natividad Calvente, directora de Relaciones Institucionales de Novartis, hizo hincapié en que el cáncer de mama exige un abordaje multidisciplinar y aludió al peso que las neoplasias tienen en la gestión sanitariato y que se traslada a planes estratégicos nacionales y autonómico. Además, acercó algunas reflexiones sobre Novartis, “una compañía innovadora que trabajo por y para los pacientes con una ingente labor investigadora en ensayos clínicos, la mitad de ellos con colaboración de centros andaluces”. Así, defendió el liderazgo de España en el desarrollo de ensayos y matizó que “un tercio de los ensayos clínicos son en Fase I y II, que son los que realmente generan conocimiento y estructura de investigación, y de ellos la mitad son en Oncología”.
Para Calvente, muchas de estas innovaciones suponen un cambio de paradigma en el abordaje de estas neoplasias. “En algunos casos, como en cáncer de mama metastásico, llevamos muchos años trabajando y nuestro deseo es aportar cada vez mejores soluciones para que los medicamentos sean eficaces y lleguen a los pacientes”, explicó. Además, subrayó que “necesitamos una colaboración público-privada que favorezca la consecución de ensayos clínicos y sigamos contribuyendo a la generación de conocimiento”.
Por su parte, Jorge del Diego, director general de Salud pública y Ordenación Farmacéutica de la Junta de Andalucía, acercó algunas previsiones de incidencia. “Tenemos unos 45.000 casos de cáncer diagnosticados al año en Andalucía y 11.000 fallecimientos según datos de 2021. Si las previsiones son ciertas, la incidencia en las próximas dos décadas podría subir un 60% y llevar esa cifra a los 70.000”, explicó. De este modo, “una gran parte de los fallecimientos son evitables a nivel de determinantes sociales de la salud y de ahí el papel clave de la prevención”, subrayó.
Asimismo, indicó que la Estrategia del Cáncer de Andalucía finaliza en 2023 y acomete ahora un proceso de evaluación y rediseño. “Se busca trabajar en prevención, en la promoción y en el diagnóstico precoz de aquellos tipos de cáncer que requieran cribado; el diagnóstico precoz es esencial para acometer un tratamiento precoz”, afirmó.
Además, abogó por asegurar que haya “una longitudinalidad del tratamiento que favorezca la calidad asistencial y eso redunde en la calidad de vida”. Por último, hizo alusión al peso de la formación de los profesionales y la investigación, “donde está clara la necesidad de asegurar una adecuada colaboración con la industria”.
Por su parte, el doctor Juan de la Haba-Rodríguez, coordinador de Investigación Clínica en IMIBIC y Especialista Oncología Médica en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, realizó una aproximación a los avances logrados gracias al establecimiento de biomarcadores que han propiciado una medicina de precisión capaz de transformar el pronóstico del cáncer de mama. “Sabíamos algo acerca de su biología, pero todo el desarrollo llevado a la práctica ha posibilitado el disponer de determinaciones genéticas que nos están dando predictores muy buenos de evolución del cáncer de mama metastásico y de probabilidad de recaída en estadios precoces”, afirmó.
Así, subrayó que “en cáncer de mama metastásico hemos pasado de una tendencia en la que tratábamos de igual manera a la totalidad de las pacientes, a una situación en la que la determinación de mutaciones concretas predice una probabilidad de éxito mayor”.
Además, hizo alusión a la detección de mutaciones a nivel del receptor que implican modificación del tratamiento hormonal. “Vivimos momento tremendamente ilusionante a muchos niveles y tenemos ya a pacientes tratadas con tratamientos cada vez menos tóxicos, que en algunos casos se administran por vía oral”, destacó.
El doctor Javier Salvador, jefe de Servicio de Oncología Médica y director de la Unidad de Oncología Médica, Radioterápica y Radiofísica en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, repasó muchos de los avances que han permitido mejorar la supervivencia y la calidad de vida en el cáncer de mama metastásico. “Desde la década de los 90, las pacientes con cáncer de mama tenían una probabilidad de estar libres de recaída del 60%. Esa cifra llega hoy al 90%. La causa es la investigación y es la única manera de seguir avanzando”, explicó. Este recorrido se ha basado en la identificación de nuevos genes asociados a factores hereditarios de la predisposición del cáncer, el avance en la caracterización molecular de la enfermedad y en poder predecir el riesgo de recaída. Todo ello ha permitido que dentro del cáncer de mama metastásico se identifiquen cuatro grupos histológicos principales en función de esas dianas: Luminal A, HER2 positivo, Triple negativo y Luminal B.
Entre distintos avances al respecto, el doctor Salvador destacó que “las pacientes triple negativo se han visto beneficiadas por la inmunoterapia y se han beneficiado de la llegada de los anticuerpos conjugados y que en el grupo que expresa receptores hormonales se han conseguido orientar nuevas terapias hormonales que evitan la quimioterapia y mejoran la supervivencia”. Asimismo, hizo alusión a avances presentados en el último congreso americano de cáncer de mama celebrado en San Antonio, Estados Unidos, “donde se han comunicado nuevos resultados en pacientes con formas agresivas de cáncer de mama metastásico HR+/HER2- con una combinación terapéutica de dos fármacos orales con diferencias notablemente superiores frente a quimioterapia en resultados y calidad de vida”, indicó el experto.
Por todo ello, el doctor Salvador hizo hincapié en la importancia del desarrollo de estudios multicéntricos internacionales, que logran hacer avanzar más rápido la innovación. Además, defendió los cambios acometidos en el diseño de ensayos clínicos que aceleran este proceso. Por último, explicó que “la investigación debe ser un puente para la equidad de los pacientes y aportar soluciones tanto a patologías prevalentes como a tipos de tumores menos frecuentes”.
En la actualidad no existe ningún tratamiento específico para este tipo de cáncer de mama. Lo más común es tratarlo con una cirugía para extirpar el tumor y, seguidamente, el uso de un cóctel de fármacos de quimioterapia de efectividad conocida contra otros tipos de cáncer. No obstante, a menudo los resultados son irregulares y temporales.
“Después de un tiempo, el cuerpo crea defensas contra este cóctel y el tratamiento deja de funcionar”, afirma Andreia Valente, coordinadora de un proyecto financiado por la UE para encontrar una cura al CMTN. “Cuando esto ocurre, el tumor crea resistencia a muchos medicamentos, lo que significa que no responde a ningún otro tipo de quimioterapia, y el cáncer se vuelve entonces muy agresivo”.
Valente, que trabaja en la Universidad de Lisboa (Portugal), y su compañera de investigación, Helena Garcia, coordinan CanceRusolution, una iniciativa Women TechEU de un año de duración que estará vigente hasta finales de mayo de 2023.
Un metal raro
Los esfuerzos de estas investigadoras se centran en el rutenio, un metal raro de color blanco plateado, bien tolerado por el cuerpo humano. En los primeros ensayos, todo parece indicar que el fármaco basado en rutenio desarrollado por el equipo del proyecto detiene el crecimiento de las células del CMTN y su proliferación.
Dentro de poco está previsto que empiece una segunda serie de ensayos, esta vez, con animales. Aparte de los ensayos, las investigadoras analizarán el perfil de seguridad del medicamento para asegurarse de que es tóxico para las células cancerígenas, pero inocuo para el resto del cuerpo. Y es que la quimioterapia provoca unos efectos secundarios devastadores, desde náuseas y falta de apetito hasta una fatiga extrema y pérdida del cabello. Esto se debe al hecho de que los medicamentos que atacan a las células de rápido crecimiento de un tumor, también atacan a las células sanas. Los primeros resultados de CanceRusolution sugieren que un medicamento basado en rutenio produciría menos efectos secundarios en las pacientes porque parece no afectar a las células sanas.
“Por ahora, en términos de toxicidad, el perfil del fármaco es bueno” indica Garcia. “Nuestros estudios demuestran que, 24 horas después de haber administrado el fármaco, hay una alta concentración del compuesto en el tumor, pero su presencia en la sangre próxima al tumor y en la orina es casi inexistente. Esto indica que nuestro fármaco producirá unos efectos secundarios leves”, añade.
Características de las células
Una célula mamaria sana contiene multitud de receptores (proteínas), que se expresan en su superficie. Estas proteínas permiten a la célula responder a las hormonas (por ejemplo, aumentando de tamaño durante el embarazo) y a otras importantes moléculas que intervienen en el crecimiento, la división y la reparación de las células.
La mayoría de las células cancerígenas también poseen receptores. Por ello, para realizar un diagnóstico preciso, se analiza una muestra del tejido mamario afectado, al objeto de descubrir qué receptores, conocidos como biomarcadores en este contexto, se expresan.
Hay tres biomarcadores que se suelen encontrar comúnmente en los cánceres de mama y los fármacos desarrollados están diseñados para hacerles frente. Sin embargo, el CMTN es un caso atípico. No posee ninguno de estos biomarcadores, por lo que no existe ninguna forma clara de frenar el crecimiento del tumor.
Estrategia del caballo de Troya
El equipo de Portugal ha eludido este problema administrando su medicamento en forma de nanopartículas, que se introducen en el tumor, aprovechando cualquier carencia en su sistema de riego sanguíneo. Una vez dentro, se abre y libera el ingrediente activo, emulando al caballo de Troya. El blanco de dicho medicamento es un componente distinto de las células del CMTN: el citoesqueleto, una compleja red de filamentos proteicos interconectados que se extienden por todo el interior de la célula y que sirven de andamiaje.
“El medicamento destruye los cimientos de la célula”, precisa Garcia. “Sin un citoesqueleto en condiciones, la célula no tiene posibilidad de sobrevivir y explota”, añade. Con más financiación, las investigadoras prevén que su medicamento esté listo para ensayarse en personas dentro de dos años.
Un grupo diverso
Considerar al CMTN como un único tipo de cáncer sería caer en una simplificación excesiva. En realidad, se trata de un grupo muy heterogéneo de cánceres. Sin embargo, la comunidad investigadora no dispone de una clasificación de los subtipos. Obtener una les permitiría centrar toda su atención en nuevos biomarcadores, que se espera que allanen el camino para el desarrollo de tratamientos específicos.
Clasificar a las pacientes por las características propias de su tumor y establecer nuevos objetivos para el tratamiento del CMTN son los pilares de otro proyecto financiando por la UE: P70-IMMUNEBREAST.
Tras el estudio de 350 muestras de tejido canceroso, el equipo de investigación del proyecto ha ideado un sistema de clasificación basado en la cantidad de quinasa, una enzima y otro biomarcador del cáncer, expresada en el tumor. Investigaciones anteriores han demostrado que un determinado tipo de quinasa, la P70S6K, está presente en grandes niveles en los tumores del CMTN.
“Lo que nos interesa es la relación entre esta quinasa y la respuesta inmunitaria del cuerpo”, señala Rebeca Jimeno, investigadora. “Los tumores se pueden desarrollar en nuestro cuerpo, pero si todo va bien, nuestro sistema inmunitario lo reconoce y los destruye”, añade. La gran incógnita es por qué este sistema falla en ocasiones.
El sistema inmunitario
Jimeno, que trabaja para el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas de España (CNIO), ha encontrado que cuando se expresan altos niveles de quinasa P70S6K en un tumor, hay pocas células B presentes. Las células B se encargan de reconocer, engañar y destruir a las células cancerígenas. En otras palabras, la P70S6K permite al cáncer esconderse del sistema inmunológico y desarrollarse sin obstáculo alguno.
Uno de los próximos pasos de esta investigación consiste en encontrar un inhibidor adecuado de esta quinasa. “Estamos probando medicamentos, pero sospecho que transcurrirán varios años hasta que hallemos uno que el cuerpo tolere bien”, revela.
Jimeno confía en que con el tiempo se encontrará una cura. “Estamos esforzándonos tanto por alcanzar una solución y poder cubrir esta necesidad insatisfecha que estoy segura de que, con el tiempo, la investigación lo logrará”, concluye.
La investigación a la que hace referencia este artículo ha sido financiada a través de las Acciones Marie Skłodowska-Curie (MSCA). Artículo publicado originalmente en Horizon, la Revista de Investigación e Innovación de la Unión Europea.
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