Fuente: elheraldo.es
El objetivo del análisis era ver si el cribado sistemático guardaba alguna relación con el sobrediagnóstico de tumores no agresivos, para lo que compararon los datos de dos regiones de Dinamarca de las que, en una de ellas, se ofrecía a las mujeres de 50 a 69 años someterse a una mamografía cada dos años.
En total incluyeron datos de más de 1,4 millones de mujeres danesas de 35 a 84 años analizadas entre los años 1980 y 2010. Los programas de cribado del cáncer de mama comenzaron en Copenhague en 1991, en Funen en 1993 y en Frederiksberg en 1994, cubriendo en conjunto a alrededor del 20% de la población. Sin embargo, en otras regiones no se implantaron de forma gradual hasta 2007.
Sin embargo, el estudio reveló que el cribado no se asoció con una menor incidencia de tumores avanzados, lo que plantea dudas sobre si la mamografía reduce las muertes por cáncer de mama, según concluyen los investigadores.
Además, estiman que hasta uno de cada tres tumores de mama diagnosticados en mujeres sometidas a una mamografía nunca habrían causado un problema de salud notable o directamente la muerte, por lo que podrían considerarse casos de sobrediagnóstico.
Mejora de las técnicas utilizadas
Una limitación del estudio es que, debido a que la mamografía ha mejorado desde que este estudio comenzó en 1980, las mujeres podrían obtener diferentes resultados hoy en día, reconocen los autores.
Aunque el estudio agrega evidencia feaciente de que las mamografías rutinarias conllevan un riesgo de sobrediagnóstico, eso no significa que sea hora de que las guías de detección cambien, ha reconocido Otis Brawley, director médico de la Sociedad Americana del Cáncer.
Las directrices de esta organización establecen que las mamografías deben ser opcionales para las mujeres de 40 a 44 años y, a partir de esa edad, deberían realizarse de forma anual hasta los 54 años, para posteriormente espaciarlas cada dos años a partir de los 55 años.
“No se trata de decir que no se hagan mamografías, sino de usarlas más eficazmente para salvar el mayor número posible de vidas”, ha defendido Brawley en un editorial que acompaña al estudio. Además, recuerda que existen otras medidas preventivas que las mujeres no deben pasar por alto, como comer bien, hacer mucho ejercicio y mantener un peso saludable.